Cruzamos las miradas un segundo y bajó la cabeza.
Iba en chándal y con una sudadera ancha.
Tenía una sonrisa revoltosa y los ojos oscuros.
En mi cabeza sonaba constantemente "until we bleed".
Ahora era una señora gorda. Con abrigo de animales muertos y peinado tipo seta.
Se revolvía en el asiento, agitada, buscando algo.
Yo seguía pensando en la mirada perdida y sus zapatillas destrozadas.
Vi que la gorda me miraba y movía los labios. O. A.
¿Qué hace?
Me quité un casco y le fijé la mirada.
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