lunes, 19 de diciembre de 2011

Odio la gente prepotente.

En serio, la odio. No la aguanto.
Odio la gente que se cree poseedora de la verdad, de la razón, de las respuestas para todo, de las preguntas correctas y de las decisiones acertadas.
La que intenta demostrar cosas el cien por cien del tiempo. La que no llegan ni de lejos de lo que fardan.


Como siempre.

Bueno, parece que mientras no escriba aqui estoy bien.
Y he vuelto tras un tiempo. Un maravilloso tiempo, por cierto.

Pero he vuelto llorando a mi banco. A pasar lo que quedaba de tarde y adentrarme en la noche. A llorarle a esa fuente de agua sucia y tranquila que lleva escuchando mis llantos durante años.

Se me estaban llenando los ojos de lagrimas en otro lugar. He esperado pacientemente que fuera a hora exacta para levantarme e irme.

21:30 h.

Me he puesto mi sudadera, mis cascos, Bob Marley y rumbo al parque. A sentarme en el respaldo del banco, taparme con la capucha y llorar. Me he derrumbado en cuestión de minutos.

No sé qué clase de cimientos estaré usando para que me haya desmoronado tan rapidamente. Sigo sin entenderlo. Igual que sé que de aquí a unos minutos me volveré a armar. Me seguiré comiendo el mundo antes de que me vuelva a comer él.

La primera lagrima ha salido silenciosa, me ha recorrido la cara y han estallado mil lagrimas más. Me he roto.

Y el agua de la fuente ha seguido sin inmutarse. Como siempre. La gente pasando. El frío calándome los huesos. Los árboles pasando de mí.

Como siempre. Todo como siempre.

lunes, 14 de noviembre de 2011

It.

Ultimamente tengo mucho tiempo libre y no paro de pensar. Me he dado cuenta de q nos empezamos a preocupar por cosas eternas cuando los deseos y necesidades a corto plazo ya estan resueltos. Es la puta piramide de Maslow.

La gente no quiere tiempo libre en exceso porque se acaban planteando cosas que de estar ocupados nunca lo harían porque los temas de conversacion giran en torno a quejarse sobre cualquier gilipollez del dia.

Y yo, aqui, rayada por no encontrarle sentido a mi dia a dia.


Vaya tontería.

martes, 18 de octubre de 2011

Tortuga.

Me acabo de dar cuenta de algo. Acabo de atisbar (de lejos, muy de lejos) el grosor de mi caparazón. Ni si quiera me había dado cuenta que aún lo llevaba. Se ve que con los años ha ido engrosándose y se ha debido fundir con mi piel, porque ya ni lo noto.

He llegado a un punto en el que me autoengaño. Ya ni siquiera consigo verbalizar mi interior. Esto hace tiempo que pasa pero me he auto-convencido también para creer que no. Me limito a manifestar mis conductas. Y no consigo salir de ahí. Por eso creo que hace tiempo que me cuesta escribir. Tampoco saco nada en claro. La noche ayuda, pero tampoco es la solución.

En un momento de mi vida, hace bastantes años, leí un libro que hablaba sobre un ángel con una armadura que la usaba para protegerse del exterior y no dañar su aura. En ese momento lo estaba pasando mal y me marcó muchísimo. Hasta límites insospechados. Era muy pequeña, se estaba empezando a resquebrajar mi burbuja y me acuerdo que puse todo mi empeño en montar una coraza a mi alrededor.
Y lo conseguí.
Conseguí aislarme totalmente del mundo y apenas si me afectaba algo de lo que me rodeaba. Me convertí en una persona muy fría. Demasiado fría para ser tan joven.

Años después decidí que eso no estaba bien del todo. E intenté destruirme la coraza sin dañarme a mí misma.
No encontraba el punto medio. Todo me daba de lleno y me afectaba demasiado. Me hice daño, pero finalmente creí haberla destruído.


Hasta hoy. Hoy he descubierto que no sólo no la destruí, sino que aprendí a convivir con ella, la fundí con mi piel para camuflarla ante mis propios ojos. Mi subconsciente me la jugó bien jugada.

Ahora lo que pienso es que tengo una armadura rayada, con piquetes, con rastros de haber tenido piedras clavadas que han hecho pequeñas muecas en algunas zonas dejando la armadura más fina por ahí. Y las demás partes, triplicando el grosor.





Me he jodido a mí misma, y encima, no sé como coño quitármela. Ya que uno de los principales inconvenientes es que al estar camuflada a mis propios ojos y haber aprendido a convivir y a sentir con ella, me resulta totalmente imposible verbalizar cualquier sentimiento real proveniente de mí, no de mi coraza.

Las consecuencias, pues podemos decir que actúo como una tortuga. Puedo estar con la cabeza fuera algún tiempo, aguando golpes, caídas y palabras sin que me dañen en absoluto. Pero no eternamente. A continuación llegan unos días de meter la cabeza en el caparazón y estar conmigo misma. Sin saber nada del exterior. Que eso en mi día a día se traduce a estar entre 2 y 3 días sin pisar la calle, sin hablar con nadie, fumando y pensando. Viendo películas, comiendo cantidades normales, durmiendo bien y a horas coherentes, leyendo y otras actividades no-agotadoras.

Aún así, sé que no soy la única que ha desarrollado este sistema de defensa. La coraza. Sé que lo hace más gente. Yo lo desarrollé cuando era muy pequeña y lo tengo demasiado bien asimilado. Sé ver si otra persona lo está poniendo en práctica porque siempre dudan de cierta manera cómo me pasaba a mí al principio. Y siempre tiendo inconscientemente a ellos. Aunque exteriormente quizás no tengamos nada que ver, compartimos el mismo plano emocional.

Conforme lo estoy escribiendo me estoy dando cuenta del sistema que he desarrollado, nunca antes me había parado a pensarlo. Pero, realmente, es que funciono así.

Vaya auténtica mierda me he creado en todos estos años.

sábado, 8 de octubre de 2011

+

Definitivamente, creo que esto me está afectando.

No es normal que cuando no haya fumado me sienta rara, sienta que me falta algo, que necesite algo. Y que no sea ese tipo de ansiedad normal en mí. Si no que sé que es lo que me falta, y cuando me lo doy, me calmo.

Creo que no es normal permanecer casi las 24 horas del día con esa sensación de estar colocada. Medio mareada, con los pensamientos tranquilos y con prioridad ante lo que perciban los sentidos, ausente, que todo, absolutamente todo, me dé igual. Sin comer apenas y con atracones a modo de cena. Sin poder dormir hasta que no me he fumado el último, casi poniendo la cabeza en la almohada.




Lo peor es que no sé determinar si todo esto es bueno o malo.
Realmente, me encanta.
Me encanta esta sensación y poder tenerla casi todo el día. Me encanta lo bien que me sientan los atracones de por las noches. Lo bien que duermo y lo tranquilita que me despierto. Me encanta que cualquier problema sea un granito de arena minúsculo y ver que los demás lo convierten en montañas y montañas de arena y rocas, y sin embargo seguir teniendo la certeza de que el problema desaparecerá. Me encanta ir en mi mundo escuchando a los demás de lejos y haciéndome caso sólo a mi y a mis pensamientos. Me encanta percibir el entorno multiplicado por mil. Rayarme con las líneas del suelo, con el sonido del viento, con la circulación de la sangre o con el recorrido del aire desde que entra por la nariz.

Y no sé si, aún así, esto sigue siendo bueno. Yo la verdad es que no lo noto. Pero algunos me lo han dicho. 'Nena estás en la parra', 'Eo, que te estoy hablando, escúchame', y un largo etc. Y otros, algo más serios, que debería dejar de fumar, que me estoy quedando atrapá y que qué estoy haciendo.
Y la verdad, es que no lo sé.

Si, me gustaría saberlo. Pero me gustaría saber tantas cosas y no tengo ni puta idea, que esto, pues la verdad que también me da igual.
Si, llamadme lo que queráis.

Ya me gustaría a mi entender ciertas cosas. Mientras tanto, pues voy perdiendo el tiempo con cualquier cosa. Tampoco tengo nada mejor que hacer.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Historias y otras tonterías. I

Ella vivía feliz. Vivía en la ignorancia de una bonita burbuja rosa que flotaba en el aire. No tenía cimientos, ni seguía la ley de la gravedad. Ella vivía en el aire. Sólo conocía lo que se encerraba en el interior de su burbuja. Lo que delimitaba ésta, era una capa translúcida de algo parecido al agua con jabón.

Ella podía mirar hacia fuera, pero veía como si tuviera los ojos empañados, aunque fuera un efecto de la burbuja. Lo que no veía bien, podía preguntarlo a sus compañeros.

Sus compañeros eran tres personas más, un hombre, una mujer y un niño. El hombre siempre estaba ausente, nunca mostraba nada 'real', y su función era decir lo mucho que la quería y rodearla de placeres caros que a su corta edad no apreciaba.

La mujer era con la que más trato tenía. Era su solución a las preguntas. Los 'because' de sus 'why'. Era la que más le influía. La mujer alardeaba de su conocimiento, de tener su carrera, y hacía mucho incapié en que Ella también debería tener una algún día. La mujer se creía sabia. Si Ella tenía preguntas y la mujer no sabía las respuestas, se las inventaba, las suponía, o hacía cualquier cosa con tal de llenar ese agujero de curiosidad. Cuando Ella miraba a través de su burbuja y veía algo que no le cuadraba y le preguntaba, la mujer le respondía según su parecer, su subjetividad, y sus creencias/valores/ideas políticas. Para Ella, la mujer era su fuente de conocimiento, porque desmentía a cualquier otra.
La mujer no había vivido con Ella siempre. Antes había otra mujer a tiempo parcial que se ocupaba de satisfacerle sus necesidades básicas, y le aportaba algo de conocimiento.

El niño era más pequeño que ella, con lo cual Ella era un ejemplo a seguir. Ella le mostraba el mundo tal y cómo se lo habían mostrado a ella, añadiéndole pequeñas cosas que descubriera. Nada relevante en este caso.




La niña asistía al colegio y allí aprendía a leer, sumar y demás conocimientos básicos. Veía cosas que en su burbuja no ocurrían porque no había niños de su edad. Y Ella no las entendía. No entendía por qué los niños le rompían las muñecas a las niñas. Por qué las niñas iban a la profesora llorándole y ésta les regañaba a los niños. Ni por qué la profesora tenía preferencia por las niñas y a los niños no les hacía tanto caso. Ella veía todo una tontería, y acostumbrada a que en su burbuja nadie le rompiera las muñecas ni tuviera que llorarle a nadie para defender sus derechos le preguntaba a su compañera, la mujer. Pero ella desmentía todo. Le daba la razón a Ella. Sólo Ella tenía razón y las cosas eran cómo Ella las veía. La mujer decía que no había nada más.

Si en el colegio decían que el Actimel era buenísimo porque tenía mucho calcio y blablabla, la mujer decía que no, que no era bueno por un motivo X. Y Ella se lo creía. No lo discutía. Aunque todo el mundo le dijera que era bueno. Por qué le iba a discutir a una sabia? Tenía que tener razón.

El por qué de esto último, aún no lo he llegado a entender. No sé porque la mujer se comportaba así. Habría que preguntarle, y por ahora, no lo voy a hacer.

La infantil mente de Ella iba conociendo el mundo exterior a su burbuja, y mirándolo cómo ella quería verlo. Preguntando sus dudas, que eran muchas, y contando sus infantiles conclusiones. La mujer no siempre le daba la razón abiertamente. Pero NUNCA se la quitaba. Dejaba respuestas ambiguas en el aire.

Y así fue cómo Ella fue conociendo el mundo existente fuera de su translúcida burbuja.

Pasaron años. Ella creció y entró en etapas más difíciles del ciclo del crecimiento. Había problemas en la burbuja. Y Ella quizás no supiera poner con palabras nada de lo que veía. Ella sentía mucho y sabía transmitir muy poco. Pero sintió que pasaba algo. Y preguntó. La mujer, por miedo a que explotara la burbuja que con tanto trabajo había sido creada, negó todo. Lo disimuló como pudo, y presionó al hombre para que delante de Ella hiciera lo mismo.

Ella sintió todo. Inconscientemente se dio cuenta de todo. Pero con palabras, no sabía expresar lo que sabía, lo que sentía. Y creo que aquí fue cuando empezó a desarrollar un 'sexto sentido' que le será muy útil para el futuro en algunos aspectos, y le creará muchas patologías, en otros. Ese 'sexto sentido' consistía en una especie de 'sensaciones' muy profundas que le daban y le hacían saber qué pasaría a continuación, y sobre todo, veía las intenciones.



Ella lo empezó a desarrollar como otro juego más. Escuchaba al hombre y a la mujer hablar y jugaba a adivinar realmente qué había detrás de esas conversaciones.
En el futuro, cuando se produjeran ciertas situaciones incómodas, sobretodo, a Ella le daría la sensación de que X persona haría tal cosa, o de que X persona pretendería tal otra. Lo que a Ella le servía para anticiparse a los movimientos inconscientemente. Y controlar. Se puede tildar de 'sexto sentido' o simplemente otra patología más para la larga lista que desarrollaría con el tiempo. La cuestión es, que hasta hoy, su sentido extra sólo le ha fallado dos veces.

Todo lo de su sexto sentido Ella nunca lo ha sabido expresar. A Ella le daba la sensación de que debía hacer tal cosa porque 'sabía' que la otra persona iba a hacer tal otra, pero no sabía explicar porque debía hacer eso ni cómo lo sabía. Si se le preguntaba no daba respuestas coherentes. Ella nunca ha entendido lo que realmente le pasa. No sabe explicarlo, simplemente lo siente así.
Ella, sobretodo, es una acumulación de sentimientos, emociones y sensaciones.

La mujer, con el paso del tiempo, debió vislumbrar que la burbuja explotaría pronto. Y mientras Ella jugaba a adivinar lo que haría el otro, iba al colegio, y por las tardes tenía un horario de actividades extraescolares que la mantenía toda la tarde lo suficientemente ocupada como para no acordarse de las grandes ausencias del hombre y la mujer, ésta organizó un gran cambio.

La mujer decidió que moverían la burbuja. La colocarían en otra ciudad.
El año justo de antes de moverla, la niña empezó a conocer el mundo desde otro aspecto. Lo empezó a conocer realmente desde sus ojos. Sin servirse de los de la mujer. Aunque todo lo que vio a través de ellos lo ha estado defendiendo hasta hace poco.

En la mudanza de la burbuja, se perdieron muchas cosas, otras se quedaron por el camino, otras en intento, y otras simplemente se abandonaron en la burbuja antigua. Con tantas cosas entrando y saliendo, la burbuja se rajó. Y las rajas provocaron grietas profundas.


[...]

lunes, 26 de septiembre de 2011

.

Me he dado cuenta de que ultimamente solo escribo mierda.

No es que alguna vez haya escrito otra cosa. Tampoco es que me esfuerce, la verdad.
Pero hice el blog para reflejar lo que de otra manera no me sale, mis sentimientos más profundos, las razones de mis lágrimas, mis noches sin dormir, mis miedos ocultos, toda la escoria que me turba y me perturba, y ultimamente no me noto muy volcada.

No me duele escribir lo que siento como me dolía antes. No me transporto al momento cuando lo releo. Veo esto sumamente pobre. De sentimientos, de expresión y de riqueza lingüística.

Tambien me he dado cuenta de que me cuesta escribir. De que necesito silencio. De que me molesta cualquier ruido.
De que me paso el día en constante contacto conmigo misma pero me cuesta exteriorizarlo. No soy capaz. Y no por que yo lo diga ahora. Si no porque de verdad que me cuesta. Porque lo que escribo no representa ni un uno por ciento de lo que siento, de lo que sufro, de lo que me alegro.

Creo que los textos que mas me han llenado los he escrito cuando me aburría en clase. En ese silencio hilado por una voz monótona hablando de cualquier tema que, realmente, no me incumbía en absoluto.


















Sofá.

Vaya taquicardia tengo.





Me encanta estar sentada en mi sofá, en la esquinita de mi sofá. Acurrucada contra el brazo de éste. Mi cuerpo se adapta. Con movimientos bruscos, incontrolados. Se hunde y pasa a formar casi parte de él. Pero me siento la respiración. Como el aire atraviesa mi nariz, mis pulmones y vuelve a salir. Siento mi corazón dislocado. Tengo taquicardia ahora mismo. Late, late, late, late... frenéticamente. Me estoy empezando a agobiar un poco la verdad.

Lo he estado pensando, en realidad, la vida es comparable a mi situación actual. Yo creo que a todos nos pasa.

Te sientas en tu sofá, en tu acomodada vida, y encuentras la postura. Esa postura en la que piensas que no te moverás jamás, que nunca has estado tan a gusto, que permanecerás así siempre.
Pero las piernas se te empiezan a cansar, la espalda te empieza a doler.. Ya no estás a gusto, necesitas moverte, cambiar.
Y tu cuerpo se vuelve a acurrucar contra el sofá. Encuentras otra nueva postura. Otra en la que crees que jamás habías estado tan a gusto, en la que no te quieres mover nunca. Y así sigue el círculo vicioso.
Hasta que te levantas del sofá.

Me recuerda a muchas cosas. A una relación, en la que estás tan acomodado que no quieres que nunca termine. Vas cambiando de postura, te empiezas a cansar, empiezan a fallar cosas, y tu te vas acomodando en diferentes posturas para no levantarte del sofá. Tu sabes que puedes estar a gusto, quieres seguir allí. Pero quizás tengas los músculos atrofiados y los huesos entumecidos, y necesites levantarte y salir a correr.

Quizás es tu misma vida y tus creencias adoptadas desde pequeño. Que sabes que necesitas salir a correr, pero simplemente, estás cómodo. Te gusta tu sofá y sus facilidades. Cambio de postura y todo solucionado. Pero llega un momento, que cuando llevas demasiadas horas, ya no aguantas más en el sofá. Y con algunas edades, se necesita levantarse y correr. Buscar un banco en el parque en el que acomodarte igual o, probablemente, mejor.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Se me pone el vello de punta


Cuando encerrada en mi habitación, sumida en la más maloliente mierda, escribiendo los versos mas pobres, sintiendo demasiadas cosas a la vez y sin velocidad suficiente para recogerlas todas y traspasarlas a palabras, llego a alguna conclusión de la que me sienta orgullosa.

Una conclusión de la que me felicito y digo, 'Bien, es tuya, se te acaba de ocurrir a ti, las horas que llevas escribiendo basura han merecido la pena'.

Y meses, días, años después, me doy cuenta que una persona X, en un sitio Y, ha llegado a la misma conclusión.
Pero, verdaderamente, lo que me pone el vello de punta es que lo haya expresado con las mismas palabras. Que no haya usado sinónimos, ni haya alterado el orden, que haya pensado lo mismo, igual.

Y además, que yo misma haya coincidido con esa persona en algún momento de mi vida. Que esa persona de cierta manera haya podido ser importante para mí en algún aspecto.

En este caso, un amor. De los que te queda ahí la espinita.
Y lo ves crecer, y ves que está más o menos guapo, que te gusta su madurez, que te gusta lo que hace, que lo espías a través de las redes sociales y recuerdas cuando erais pequeños. Y sabes que tiene la misma cara, la misma mirada.

Siempre pienso, y si en unos años coincidimos en algún otro lugar inesperado? Y si de mayores seguimos lo que empezamos como un juego de niños? Y me entretengo imaginando mi propia historia irreal.
No creo en el destino, pero sí en las casualidades. Y por qué no? Es una bonita casualidad que haya expresado tu misma conclusión con tus mismas palabras.

Si, todos podemos soñar. Pero no aspiro a tanto.
Ni siquiera soy capaz de soñar. Mis sueños son tan pobres como mis textos.

Me limito a fumar, a contemplar el humo, y entre calada y calada, alguna que otra lágrima. Eso sí, salada.





viernes, 23 de septiembre de 2011

Cambio radical.



Admitida. Esa ha sido mi primera noticia del día. Y acaba de cambiar todo.

Sigo con las mismas preguntas y sin respuestas, pero ya no me importan tanto.
Es dejarme llevar, hacer lo que me gusta, y por ahora, disfrutar.

Sin propósito, ni fin, ni nada racional, simplemente disfrutar.

He mirado mucho al pasado estos días y con nostalgia, miedo, y echando de menos, ahora miro al futuro, o más que al futuro me limito al presente. Voy a disfrutar.

La noche de ayer fue un poco rara. Tenía un examen super importante el miércoles que no tocaba la materia desde junio y anoche me decidí a estudiarme el temario entero en una noche. 
Me he acostado a las 8 de la mañana con el temario para un 10 y a las nueve de la mañana me ha llegado un sms diciéndome que estaba ADMITIDA.
Ya no necesitaba hacer ese examen..

Y hoy poco que contar! Estoy muy muy contenta. Las cosas marchan como, en mi opinión, debería haber ido desde un principio.


Me paso los días escribiendo borradores. Nunca lo veo lo suficientemente coherentes, pasables, adecuados como para publicarlos. Pero hoy lo voy a hacer. Me apetece.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Decisiones... y preguntas.


Hoy me han despertado de manera bastante desagradable, pero me levantado contenta. Ayer estaba hundida pero después de unas lágrimas y algunas palabras, me he despertado bien.

De hecho, muy bien. Hasta que ha llegado M contándome gilipolleces varias respecto a mi futuro.

Acabo de tener la certeza de que me he equivocado en mi vida. Creo que todas las decisiones que he tomado hasta ahora han sido un error. Pero las que he permitido que tomaran por mi, también.
Y lo peor de todo, lo que están decidiendo por mí en este mismo momento, estoy convencida de que es otro error más.

Hay varios aspectos que me definen, que nunca deberían haberlo hecho.

Creo que este año está siendo muy importante para mí, o más que importante, decisivo.

En este momento me asaltan las dudas, y además estoy sometida a presión. Hecho que no favorece en absoluto que saque conclusiones acertadas. El plazo acaba hoy, acaba en unas horas.

Y a raíz de esta 'tontería' me empiezo a plantear otros asuntos.. Realmente, qué es la vida?
Quizás la clave no esté en esa pregunta y sea cuestión de no buscar respuesta, si no otra pregunta. Pero no puedo evitar tenerla ahí presente por ahora. QUÉ ES LA VIDA? En qué consiste? Quién soy, a dónde voy y de dónde vengo?

Quizás M no debería de haberme dado respuestas tontas a otras cosas y debería haberse empeñado más en satisfacer mi temprana curiosidad respecto a esas preguntas. Quizás M no debería haberme cegado tanto pintándomelo todo de color rosa. Quizás M..

Quizás YO no debería haber creído a M. Nunca.

Pero cuando se tienen 3, 5, 8, 11, 15... años, y es quien te da de comer, quien te educa y te cuida, tu figura de máxima credibilidad, es difícil no creer a ciegas en lo que te cuente.


Lo hecho, hecho está. Y ya no sé si puedo dejar de creer en valores que llevo dieciocho años defendiendo. Ya no sé si estoy a tiempo, si los errores se pueden enmendar, si se puede volver atrás. O quizás no sea cuestión de volver atrás, y solo haya que cambiar aquello que me perjudique.. Pero, cómo sé qué es lo que me perjudica?

No puedo ser objetiva, estoy trastornada. Y las culpas o responsabilidades.. me gustaría achacárselas a alguien.. a M. Y no por venganza, o similar, sino por ser la que más años lleva, la que más me ha influido, y la que más decisiones ha tomado por mí.


Retomando el tema de antes, le sigo dando vueltas al asunto. Qué es la vida? Cuál es mi propósito?

QUÉ COÑO HAGO AQUÍ?

Yo ya no sé si es que le doy demasiadas vueltas a las cosas, si es que me gusta, si es que estoy loca o qué es lo que está pasando aquí.

Por que yo miro a mi alrededor... y veo una gran cantidad de, a mis ojos, infelices, que viven tranquilos, tienen sus trabajos, sus familias, sus preocupaciones son lo que hace el hijo del vecino, el primo del hijo de no-sé-quien, que éste o aquel están ingresados en el hospital, y aparentemente viven bien. No sé si la infeliz seré yo.

Somos seres caducos que vivimos preocupados por tonterías.

Creo que mi problema es que me preocupo por cosas eternas. A mí me da igual lo que haga el hijo del vecino..

Veo una gran cantidad de gente que no parece pensar mucho.. tiene una vida autómata, tranquila y sin preocupaciones realmente grandes, aunque a sus ojos son desgracias universales que se les muera el perro.



No sé que pensar, ya creo que desvarío. Como siempre.
Pero sigo sin respuestas ni preguntas novedosas. Por qué estamos aquí? Es tan importante que haga una buena carrera? Para qué quiero luego la carrera? Mi propósito en esta vida es trabajar?
Realmente.. para qué quiero una carrera, trabajar y ganar dinero? Para vivir.. para poder vivir.. pero para qué se vive?
Busco metas, propósitos, saber que hago aquí.. Aunque quizás a clave sea no pensar y sólo vivir.. quizás mi mayor error haya sido plantearme nada.

Pero a mi no me gusta vivir sin más. No creo que vivir sea un propósito.
Hoy, todo carece de sentido.

A veces creo que la vida es demasiado corta y que necesitamos otra para entender lo que realmente importa.

martes, 30 de agosto de 2011

Cambios.


La vida va muy rápido, no tenemos tiempo para nada. Nos limitamos a actuar, a decidir sobre la marcha y a ir corriendo. Para no desequilibrar nuestra ordenada vida seguimos rutinas, repetimos patrones de actuación y ante todo, no pensamos.

Vamos, venimos, hacemos, contamos, corremos y volvemos a empezar.

Sin que nos demos cuenta las cosas van cambiando, nosotros seguimos con nuestras rutinas y no lo advertimos, pero las cosas siguen su evolución, van girando..


Hasta que llega un momento en que te paras a pensar y te das cuenta. Hay novedades. Quizás ya no tengas 13 años, quizás estés a punto de entrar a la facultad, quizás te acaben de regalar un coche, quizás lleves cinco años con tu novio..
Y no te has dado cuenta de nada. Esas cosas han aparecido ahí de repente. Se han ido incorporando a tu rutina sin tú notarlo. Y es justo en ese momento, en el que te das cuenta de que algo ha cambiado.

Te paras y piensas en tí, en cómo eres, en cómo eras.. en los cambios. No eres el mismo. O quizás si, y sólo sea tu apariencia. O quizás tu apariencia se mantenga casi intacta y seas tú el que has cambiado. El que en su forma de ser, de pensar, de relacionarse, haya cambiado esos patrones adoptados como rutina.

Y surgen las preguntas. Por qué? Cómo? Y...cuándo? En qué momento ha pasado? Para mejor o para peor? Y no se saben responder. Quizás todos lo sepan, pero tú eres el último en enterarte. Has cambiado. Y desde tu nueva visión.. no eres capaz de verlo objetivamente.

Te sientes perdido. Pero por poco tiempo. Quizás unos minutos, unas horas.. como mucho unos días. Y te reincorporas a la autómata rutina en la que no pensar es la clave.



Se deja el tema apartado.
Buscas alguna explicación rápida y ausente de dolor, y hasta otra vez...

Cuando no haya prisa o se pare el tiempo.


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jueves, 18 de agosto de 2011

Monotonía.

Esa sensación de que falta algo. Ansiedad. Ese buscar algo. Necesitarlo. Buscar buscar buscar buscar. Pero buscando la felicidad en la meta también, no mientras buscamos. Ahí está el problema. Ese vacío. Querer llenarlo y sin saber con qué.

Amigos, alcohol, sexo, drogas, tabaco, deporte, fiestas, comida, blogs, amor...
Y sigues sin estar satisfecho. No lo encuentras. Desespera. Desespera buscar y no encontrar, y además no saber qué estás buscando.

Todo lo encuentras gris, vacío, monótono. Siempre igual. Y no sabes qué hacer. Te aburre.

Si, justo eso es lo que me pasa. Me falta algo. Y me domina una ansiedad que no soy capaz de controlar. Y entramos en el circulo vicioso del que nunca consigo salir. Ansiedad - comida - drogas - deporte - fiestas - más comida- e incluyo alguna novedad pasajera. Y como nada de esto me satisface, pues más ansiedad.



Buscas cosas nuevas, algo que te entretenga, que parezca que llenas ese vacío. Pero eso es difícil. Es encontrar algo que distraiga suficientemente tu atención como para que no tengas ganas de hacer nada más. Y eso es difícil.

Buscas llenar ese hueco con grandes cosas. Fiestas caras, drogas difíciles de conseguir, mucho alcohol, sexo muy salvaje, deportes arriesgados y comida extraña. Pero supongo que el secreto de las grandes cosas está en los pequeños detalles. Quizás una conversación con alguien, un atardecer sentada en algún típico sitio, un recuerdo suficientemente intenso..

Pero mientras todo esto llega me limito a sobrevivir. No vivo. Sobrevivo a base de tabaco, drogas y alguna que otra cosa.


Hoy ha sido un día raro. Había quedado con un colega en nuestro típico sitio y él no ha venido. Yo he llegado antes de la hora y me he sentado a esperar mientras me fumaba algo y escuchaba de mis canciones. Cuando me he dado cuenta habían pasado tres horas, mi colega no había venido, yo no me había movido apenas y había visto un atardecer precioso. Me he sentido como un ser realmente inerte. Y a la vez, he disfrutado mucho el momento.
Me encantan mis tardes así. Aunque hoy me hayan dado plantón.

sábado, 30 de julio de 2011

L2A





Hoy me encuentro en estado normal. O a estas alturas.. qué es exactamente lo que considero normal? Enfin. Digamos que estoy recien levantada.


Intento recordar lo que hay fuera del cuarto. El camino, la salida, la puerta de la casa.
Estoy tan absorta en mi misma que no lo consigo. Intento recorrer la casa con la mente, ubicarme en el espacio, saber dónde estoy.
Pero es imposible, aún cuando he conseguido asomarme al pasillo mentalmente, no sé seguir. Veo a todos en el salón, los escucho, pero no soy consciente de mi situación. No me encuentro.


Fuí al servicio. Y fue mi perdición. Estube buscando el camino para volver durante horas, quizás solo fueron minutos, quizás ni siquiera estaba perdida realmente, quizás mi autómata rutina, ya conocida, me hizo volver en segundos. Pero se me hicieron horas. No encontraba el camino. No recordaba la casa. No sabía que forma tenía mi tabla. No sabía cómo era la nieve. No sabía cómo había llegado hasta allí. Si aquello era España o Francia. Si era verano o invierno. Si tenía calor o frío.


Sin embargo lejos de esas preocupaciones claramente mundanas, estaba disfrutando la mejor sensación. Me sentía a mi misma. Viva. Más viva que nunca. En tercera persona me percibiría inerte, pero en primera.. aquello era otra cosa.


Me despreocupa totalmente estar en verano o en Francia, que no sepa cómo he llegado hasta aquí o si sabré volver.Que todos hablen de tonterías y que nadie haga la comida. Me da igual.



Me fascinaba el cuerpo en movimiento, la velocidad con la que pensaba, los pliegues de las mantas en las que estabamos arropados y la luz de la manzanita de mi Mac Book Air que descansaba sobre la mesa mientras reproducía música al azar. Me fascinaba la vida. Las montañas que veía por las ventanas, la poca nieve que quedaba, el sonido del viento y la cantidad de nubes que amenazaban lluvia.



Permanecimos así bastante tiempo. Horas. Y de esto sí estoy segura. Hablando de la mañana, los trucos que se habían sacado, las ostias que se habían dado, que no-sé-quién le había corregido X a esta o a la otra, que me había subido en la percha con este o aquel, los trucos que se probarían al día siguiente, quién se duchaba primero, si se salía esa noche, qué se hacía por la tarde... Verdaderas tonterías. La conversación la hilaban 4 o 5, los otros nos limitabamos a sentir, a vivir.. y a decir tonterías.


En algún momento alguien se levantó e hizo patatas fritas. Lo que nunca se comía en casa. Y sin diferenciar de quién eran, todos comimos.


Acaba de haber un momento de tensión. Se ha perdido el mechero. Nos echamos la culpa entre todos. Que si los del tabaco no tienen cuidado, que si los de la yerba estamos colocaos y no nos acordamos dónde lo guardamos. Finalmente apareció y todo volvió a su cauce.


Estaba acurrucada con un colega con las mantas en el sofá. Me fascinaba. Su tacto y nuestra conversación.


Me cambié a mi cama, me tumbé. Estaba rendida. El día anterior me exploté, apenas había comido, y llevaba horas fumando.


Dejé de intentar ubicarme, de intentar buscar respuestas cuando no las había. Dejé de intentar mantener la compostura, de mantenerme viva. Y me dejé llevar. Y otra vez la pluma antigua revoloteando por mi mente, inquieta. Imposible pararla. Soltando tinta como loca, sin manchar, ya que ahora no la estaba intentando contener. 



miércoles, 27 de julio de 2011

Resúmenes y otras historias.



Y después de bastante tiempo otra vez..he vuelto!


En realidad lo he echado de menos. Quería escribir, contar cosas, reflexionar..pero no he tenido tiempo ni para mi.

Ahora mismo me encuentro en el sitio mas maravilloso que he estado nunca. Estoy en Francia, en Les Deux Alpes, sentada en la baranda del balcon de mi apartamento con unas vistas increeeeeeibles. Un puto sueño.

En fin, como la última vez, voy a contar antes de nada qué he hecho en este tiempo. Concretamente en las tres ultimas semanas.



La primera semana estuve en la playa unos tres días. Estuve con mi hermano todos los días. Yendo al centro, comprando ropilla, saliendo y entrando. Le presente a un amigo y desde que yo me fui sale todos los días con el. Ese martes me fui a Mojácar desde allí. A un piso que habiamos alquilado con unas amigas.
Llegamos y aquello daba asco. Estaba todo sucísimo. Habia mierda por todas partes y éstas que están obsesionadas con la limpieza se pusieron a limpiar en vez de quejarse a la dueña del piso porque nos dijeron que nos limpiarían el piso el lunes anterior de ir nosotras.

La dueña era una autentica gilipollas pero bueno después de unos cuantos problemillas nos acomodamos bien bien.

El resumen de esa semana.. mucha fiesta, muchisima fiesta, salir todos los dias, locura, sitios increíbles, playa, sol, piscina y sobre todo una compañía inmejorable.

Algo que destacar.. yo me volví días antes porque tenía q subir a Madrid para coger el bus para los Alpes  ese mismo viernes, aun así, por pocos dias q estuve, puedo decir que han sido de los mejores de mi vida.

La última noche fue un poco extraña. Resolví una tensión sexual que había tenido durante toooodo el curso. Cuando vuelva a mi casa veremos a ver en que acaba todo. También solucioné otra tensión con una de mis mejores amigas. De hecho las solucioné a la vez.





Ese viernes cogí el autobús para Madrid cambiando totalmente de compañía. De estar con mis mejores amigas a gente que ni conocía y otra q apenas tenía relación. Después de 25 horas en un puto autobús, nos hemos hecho muy muy amigos.

Llegamos a los Alpes y esto es increíble. Es el mejor viaje que he hecho en mi puta vida. Nos dieron el mejor apartamento que había. Ibamos 7 y nos metieron a una chavala de Barcelona, un piso para 8. Eso iba a ser una locura. Y lo ha sido jajaja.

Es enorme, tenemos de todo y esta nuevo. La primera semana se convirtió en el piso de la fiesta. Todas las noches iba la gente a nuestro piso.

Respecto al snowboard, tuve un pedazo de monitor. Me trataron super bien. No aprendi nada nuevo pero reforcé lo que sabía y lo mas importante, vencí al vértigo. Llevo volando desde el tercer día de estar aquí.

En esa primera semana la liamos muchísimo, salimos muchísimo, ripamos muchísimo, y hico muchísimo frío también! Al principio se agradecía pero cuando llevabamos 3 días de nevar y mal tiempo, se echaba de menos el calorcito del sur.

Esta segunda semana se han ido 4 de los que estabamos y nos hemos quedado otros 4. Nos han metido en el piso a otros cuatro más. De los cuales uno se rompió el brazo el primer día y solo estamos 7. Los otros 3, dos son catalanes y no me caen demasiado bien y el otro lo conocía de la semana pasada y guai con él!





Esta semana está siendo mas tranquila por ahora, salimos anoche, casi resolví otra tensión pero.. no. Jajaja. Esta haciendo muuuuy buen tiempo asiq mas que nada estamos subiendo a pista y tal.

Me voy el sabado ya de vuelta a España.. y no me apetece nada de nada. Me qedaría aquí toooodo el puto verano. Es un paraíso.

La gente es la ostia, las vistas increíbles, es super tranquilo, el glaciar tiene de todo, y el pueblo mola mucho. NO QUIERO VOLVER.




Esta segunda semana ha sido super improvisada porq en realidad solo me iba a qedar una.. pero por 200 euritos mas tenía una segunda semana.. y me qedao otra :D de las mejores decisiones q he tomado por cierto.

Ayer lloré en la nieve. Tuve un día de mierda bastante interesante. Mucha impotencia, sensibilidad, hostias.. y dolor. Que sobre esto desarrollaré en otra entrada porque esta creo que solo la voy a usar de diario.


Respecto a la comida la primera semana nos basamos en la supervivencia propia.. Tenías hambre, te buscabas la vida y la comida. En el piso nunca había comida y lo que había tenía nombre y apellidos. Además todo es super raro porque los supermercados cierran a las 8.. y nos está dando algún problemilla que otro. Aparte que la comida también es un poco rara. No hay las típicas marcas que en España y es cara.






Esta segunda semana hemos hecho una compra para los cuatro que nos hemos quedao en el piso, y los otros 3 se buscan la vida ellos. Está habiendo algunos dilemas respecto a quién cocina, de quién es la comida, que éste o aquel come mucho y sobre todo, sobre la limpieza. Esta semana estamos 5 tios en el piso y sólo otra chavala y yo. Y entre todos.. no sé quienes somos mas cerdos jajaja. 
A unos les molesta la mierda y la suciedad, a otros el desorden y a otros las fiestas por las noches. Un poco de todo, y todos nos jodemos.
A mi personalmente, lo que más me está jodiendo es el desorden. Estamos en 1 metro cuadrado durmiendo 4 personas con sus respectivas maletas y ropa.


Esta entrada la estoy acabando días después de volver a España y debo añadir que tras unas cuántas siestas, noches, y tardes, he arreglado otra cosa que tenía pendiente. Y me alegro. He descubierto sitios muy pero q muy bonitos.. Que si encuentro alguna foto apropiada la subiré aquí.

Y poco más que añadir.. El resumen de estas dos semanas se puede quedar en algo así como amigos, buen rollo, snowboard, nieve, lugares increíbles, yerba y colocones varios, alcohol, cosas inolvidables, locura y supervivencia.


Se me olvidarán cosas, pero tampoco esperaba contarlo todo aquí. Es lo justo para hacerme recordar todo lo demás. Han sido las tres mejores semanas de mi vida por ahora. Necesitaba algo así.


viernes, 8 de julio de 2011

I like

Me gusta que llueva cuando no tengo que ir a ningún sitio, poner la radio y que suene mi canción favorita, estrenar cosas, las miradas cómplices, los folios blancos, la ropa, los rotuladores de colores, los pintauñas, los besos, las personas que sin conocerlas demasiado te ayudan cuando más lo necesitas, mi móvil, jugar a las cartas, los abrazos sentidos, saber que hace frío y estar abrigada, perder el tiempo, las cosas pequeñas, los detalles, estar en cualquier sitio con personas que quiero, fumar, reírme por cualquier cosa y hasta que me duela la barriga,  quedarme atrapaísima mirando a cualquier sitio, las tonterías, escribir, los bolis de tinta liquida, ponerme morena, las camisetas caídas, saltar, estar concentrada, los piercings, dibujar, las sorpresas agradables, el negro, la pizza romana, estar en mi casa, el Nestea, salir de fiesta, el café, desayunar sola, cenar acompañada, las visitas, el chocolate, los lugares apartados y solitarios, el olor a pintura, la velocidad, el azul, las noches, desvariar, hablar, escuchar música muy alta con cascos, el invierno, las vacaciones, el tiempo libre, dormir, levantarme tarde, el goteo del agua en el cristal, acostarme tarde, el inglés, los zapatos cómodos, andar descalza, la playa, las cosquillas, la guitarra, los ojos bonitos, leer, el desorden, el Mcdonalds, el morado, Morodo, las cosas de niños chicos, la indiferencia, la amistad, el piragüismo, el rimmel, escribir, las cámaras de fotos, los viajes largos, ir en coche, Andalucía, lo natural, estar en la terraza, ir en chanclas, los chistes malos, la risa tonta, escuchar la misma canción mil veces seguidas...

lunes, 4 de julio de 2011

Times ticken.


Después de dos meses.. he vuelto! La verdad es que me resultaba mas placentero escribir aquí que en hojas sueltas que luego siempre acabo perdiendo.

Y resumiendo este tiempo puedo decir que, sin haberme dado cuenta, probablemente hayan sido los dos meses más importantes de mi vida. 

Voy a escribirlo en plan diario porque me apetece y porque es un tiempo que no me gustaría olvidar dentro de X meses/años.

Los exámenes de después de Semana Santa me salieron bastante regular, como era de esperar. 

Suspendí bastante. Seguí sin apenas poder estudiar. Y cambié mi actitud al respecto. Tiré la toalla totalmente, y a partir de ahí me dediqué a salir lo máximo posible asumiendo que iba para septiembre, estudiando los días de antes de los exámenes para no dejar las hojas en blanco.

Acabaron esos exámenes y seguidamente empezaron los finales que me curré un poco más, pero ni mucho menos me salieron como para aprobar todas las asignaturas, cosa que esperaba que no pasara, así que tampoco me preocupaba especialmente. Me dediqué a plantearme que haría en verano. Me apuntaría a una academia, haría un par de viajes cortos, estudiaría y cuando aprobara selectividad en septiembre intentaría entrar a Inef o a Psicología, que eran carreras que decidí que no me desagradaban especialmente.

Me gradué. Estuvo genial por cierto. A continuación hubo más graduaciones, que también estuvieron bastante bien la verdad. Y seguidamente me dieron las notas. Todo fue muy rápido.

APROBÉ TODAS. Si, me pasaron la mano, preferencia, pena, ... llamadlo cómo queráis, pero el favor que me hicieron creo que lo agradeceré el resto de mi vida. Me dijeron que apostaban por mí, que confiaban en que en las dos semanas que quedaban para selectividad las aprovechara de verdad y que estudiara. Creo que fue la primera vez en mi vida que lloré de alegría. A la vez que me descuadraron todos mis planes de verano.

La primera semana pasó yendo a algunos repasos en el colegio, saliendo todos los días, me creía que estaba de vacaciones ya... Celebrándolo y estando con los de mi clase. La segunda semana pasó más o menos igual que la primera pero estudiando algo más, seleccionando temario y dejándome temario también.

Y llegó selectividad. Tres días de ver a gente, de pasármelo bien... y de hacer exámenes. Los  tres primeros exámenes fueron fáciles. Los del segundo día fueron arte, que ni había estudiado, y matemáticas, que supuestamente era mi fuerte ya que en el colegio tenía un 10. Fue bastante difícil respecto a lo que yo sabía que habían puesto otros años. Me equivoqué de opción, me puse nerviosa, me desconcentré, se me saltaron las lágrimas y me salió fatal. El tercer día me salieron bien.

A continuación vinieron días de esperar las notas impaciente, de salir, y de nervios.
Llegó el día. Las pusieron con retraso y los nervios aumentaban. Inef estaba en un 9.75 aunque viendo cómo me habían salido los exámenes la descarté un poco y Psicología en un 7.6. Y de bachiller, al pasarme la mano, tenía demasiados cincos y la media era bastante baja. En selectividad me salieron notas bastante altas en las asignaturas que en teoría en el colegio no habría aprobado. 9.7, 8.5, ... y matemáticas un puto 5.5. Finalmente, de media final me salía 8.102. Podría hacer unas cuantas carreras.

Justo al día siguiente venía una americana a mi casa y era el día de San Juan, que tenía pensado bajarme a la playa. Así que a esto le siguió una semana con mi americana, Erika, y de mucha fiesta. 

Con ella me llevé bien pero era vergonzosa al principio, después se desmadró. Era una alcohólica. Uno de esos días hubo unos problemas y vino otro americano a mi casa por un día. El niño, que se llamaba Walter, era lo que se podría definir como inaguantable. Ya no se me ocurrían excusas para que se fuera de mi casa. Era un maleducao, un pesao, y encima, feo. Además era medio bilingüe y se enteraba de casi todo. Pero me quedo con lo bueno, con Erika me lo pasé muy muy bien.

Llegó el día de irse, sabíamos que la echaríamos de menos. Conforme se fue me acosté y me pegué 24 horas seguidas durmiendo.
A continuación me entraron las bullas por la inscripción para la universidad que estaba todo el mundo muy nerviosillo. Y me inscribí en Inef (por si cayera la breva), Psicología, y carreras tales como criminología y locuras que evidentemente no haré, pero por si acaso xD. 

A partir de ahí me he dedicado a salir de fiesta, a estar en piscinas, a hacer lo que me ha apetecido en cada momento, a organizar planes futuros, y a pasármelo lo mejor que he podido mientras espero a que salgan las listas de la universidad la semana que viene. Espero que me admitan en Psicología.

Finalmente ha ocurrido como a principio de curso me dijo mi profesor que ocurriría. Surgirían conversaciones, situaciones, o cualquier cosa que me hiciera decidirme sobre lo que hacer respecto a mi futuro. No debía adelantarme al momento. Efectivamente, surgieron. Y cada vez estoy más segura de que quiero hacer Psicología.


Eso podría ser el resumen de mis dos últimos meses. Aunque como decía cierto filósofo, somos nosotros mismos los que falseamos la realidad al trasladarla a las palabras, ya que esto que he dejado resumido a unas simples líneas, ha sido mucho más que lo que he intentado trasladar a palabras en estas líneas, no llega a ser ni un reflejo de la realidad.



Sé que he acabado una etapa importante, pero no soy consciente de ello para nada. Esta vida loca...

Ahora que podría decir que no tengo obligaciones y sí muchas libertades, me paso el día haciendo algo que hacía muuuuchos años que no he podido hacer. Hago exactamente lo que quiero a cada momento. Me encanta. Creo que nadie llega a vislumbrar ni de lejos lo sumamente feliz que me siento. Y hay que destacar tres hechos, quizás insignificantes: cumplí los 18 años, he acabado el colegio y me han regalado el MacBook Air.

Sí, puede sonar materialista, pero no son los hechos en sí, sino lo que conllevan.


Y cómo he puesto en el título, times ticken... pero no me doy cuenta en el momento. Es ahora, mirando atrás, cuando lo veo. 

Cuando veo que el tiempo pasa, que pasa y no vuelve.

Que cada momento es único. Que debo cuidarlo. Que debo hacer en cada momento lo que realmente me gustaría hacer. Vivir cómo si fuera el último momento. Pero teniendo en cuenta que quizás no sea el último, cuidando las posibles consecuencias y reacciones. 

Intento vivir a lo grande, abarcando todo lo que puedo. Sin miedo. Sobre todo, sin miedo.
Haciendo lo que creo que tengo que hacer, para no arrepentirme en un futuro de no haberlo hecho. Pasando del miedo que en el momento pueda tener de hacer eso.

Todo es relativo. Y tanto. Un momento en un día es una gran parte del día. Pero un momento en una vida, es casi nada.

'Casi nada' no me puede frenar para no hacer algo de lo que pueda arrepentirme durante toda una vida.

Ya no me siento tan perdida. Siempre un poco, porque realmente no tengo certeza sobre lo que haré. No tengo un camino definido. Lo voy creando, y marcando mi ritmo. 
'Caminante no hay camino, se hace camino al andar' ...



Creo que mi mayor miedo es la sociedad, el tiempo y yo misma. Una verdadera paradoja.
Le temo al tiempo más que a cualquier otra cosa. No depende de nadie. No sirve para nada. Ni perjudica, ni ayuda, ni beneficia. Y al mismo tiempo, lo hace todo a la vez. Tampoco se puede controlar. No se puede detener a nuestro antojo, ni hacer que pase rápido. Sin embargo sabemos que es uniforme, que mantiene el ritmo, pero nos hace parecer que no. 

Cuando esperamos algo, se nos hace eterno, es demasiado lento. Cuando no queremos que acabe el momento, cuando lo pasamos bien, cuando nos gustaría que se detuviera para nosotros, para vivir ese momento indefinidamente, pasa rápido. Sin consideración ninguna. Es como una máquina, sin sentimientos, es una máquina etérea.

Me siento tan impotente frente a él...
Me hace sentir mal, pequeña, sumisa, efímera. Lo odio. Y a la vez es algo que me condiciona casi toda mi vida.  

Quizás sea uno de los causantes de la sociedad. Si viviéramos sin tenerlo en cuenta, quizás no se hubiera creado la sociedad. Quizás no hubiera sido 'necesaria'.

Me gusta vivir sin él, intento evitarlo en la medida de lo posible, más que a él, al ritmo que marca. Me gusta que porque sea de noche no tenga que dormir. Me gusta que porque sean las 2 del mediodía no tenga que comer. Me gusta no tener que volver a mi casa a una hora definida. Me gusta volver cuando acabo de hacer lo que tenga que hacer, dormir cuando tengo sueño y comer cuando tengo hambre. Y que no se me juzgue de animal, de seguir mis instintos, ni tonterías por el estilo. Soy totalmente libre.

Pero claro, aquí me influye mi otro miedo, la sociedad. Tengo horarios que cumplir: entrar al colegio a las 8, ir a comprar entre unas horas predeterminadas, etc. Eso no lo puedo evitar. Pero sí en lo que influye el tiempo pero no la sociedad. Comer a las 2 del mediodía, volver a una hora X a mi casa... 

Como solo cuando tengo hambre, desayuno a las 7 de la tarde si tengo gana y ceno alas 6 de la mañana si me apetece. Vuelvo alas 8 de la tarde a mi casa o a las 8 de la mañana. Y me gusta, me siento libre. No sigo horarios, no sigo el ritmo que marque el tiempo. Y tampoco soy un animal, porque lo hago meditadamente, lo pienso. Ellos se limitan a hacerlo. Sin pensarlo.

Odio la sociedad. Ellos son los que me designan de animal, de loca, y de lo que encarte según actúe. Pero a la vez le temo. Pueden hacer que me cueste más mantenerme viva según sus opiniones. Pueden limitarme respecto a muchas cosas. Demasiadas. Realmente ellos tienen el control. Pero por ser una sociedad democrática. Cosa que también la han elegido ellos. La odio y la temo por lo que pueden hacer conmigo. Por el poder que en conjunto tienen y el poco que tiene cada uno respecto a ella. Porque también me hace sentir impotente y pequeña.

Mi otro miedo, yo misma. Quizás el más perjudicial para mí, ya que con los otros te acostumbras a vivir. Te amoldas a ellos e inventas tus mecanismos para protegerte. A partir de aquí muchas partes del comportamiento humano. Psicología.

Realmente es mi mente, yo misma, la que me creo los demás miedos. Influida por el tiempo y la sociedad... pero yo misma. Es mi mente la que percibe las cosas de una u otra manera. La que cuando me subo en la montaña rusa puede hacer que sienta miedo de la altura y velocidad al pensar que se puede soltar la seguridad, que se puede descarrilar o cualquier otra cosa, o la que puede hacer que me sienta bien, que note la adrenalina y que me guste.

Es mi mente la que puede hacer que no haga tal cosa por miedo a las posibles consecuencias imaginarias, y que haga tal otra que yo crea que tendrá otras consecuencias mejores en mi imaginaria opinión.

Pero aquí influye mi filosofía de vida. Times ticken. Esas posibles consecuencias imaginarias que impiden que haga algo debo valorarlas respecto a los posibles logros, evitando mis miedos creados por mi en el momento. Valorar si me merece la pena o no. Vivir sin miedo. Sólo vivir.

Y hay diferencia. Es evidente que todo el mundo no sigue la misma filosofía. Mirando atrás podemos ver que poco tenía que ver Platón con Nietzsche o con Descartes. 

Poco tiene que ver alguien que se planteé la vida con alguien que no intente superar sus miedos, o que simplemente no se haya dado cuenta de ellos. Que no luche, alguien sumiso.

El prototipo de persona perteneciente a la autómata sociedad actual.


En realidad, creo que la clave está en valorar en lo que invertimos nuestro tiempo salvando nuestros miedos personales.



Times ticken. Pero lo que para mí puede ser una pérdida de ese tiempo, para alguien puede ser una gran inversión. Valorar.

Esa es otra clave, los valores. Ese tópico tan actual, la pérdida de valores de la que todo el mundo le gusta hablar y muy pocos se aplican.

Quizás deberían dejar de decir eso de 'la juventud ha perdido los valores', 'la juventud bla bla bla', y plantearse realmente cuáles son esos valores y si realmente son coherentes con ellos.

No me puede decir alguien que se pasa el día viendo el 'Sálvame Deluxe', 'El diario de Patricia' y sus temas de conversación no exceden sobre lo que tienen, lo que se van a comprar, lo que ha hecho 'la Belén Esteban' (mostrándose de acuerdo con ella, por supuesto), lo que ha hecho la vecina de enfrente, la de abajo, el hijo del pescadero, el amigo del padre del primo de su hermana y demás desconocidos, que la juventud ha perdido los valores. Eso no es coherente.

No es que la juventud haya perdido los valores. Es que lo que ahora está de moda es decir eso cómo autómatas, perdiendo los valores la propia persona que lo dice. Incoherencia y ausencia de valores, y no precisamente en la juventud.

Pero parece que queda bien decirlo. Y hablar del tema sin tener ni idea. 'Sí, mujer, sí, es que los niños de hoy en día están to el día de botellón y mira cómo dejan las calles y cómo no-sé-qué..'  'Es que esto ya no es lo que era..' 'Es que la juventud..' Pero claro, todos creemos que poseemos la verdad, aún sin verla de lejos siquiera.

Queda bien decirlo, eh? Los jóvenes estaremos de botellón y dejaremos las calles cómo tú digas, pero también contribuimos a la economía del país, pagando nuestros botellones pagamos tu pensión de jubilado, provocamos que exista el empleo de barrendero para limpiar las calles que nosotros dejamos, el de los camareros del pub al que vayamos después, repartidores, etc, también estudiamos e incluso podemos sacar buenas notas. Entre muchas tonterías que estudiamos también tenemos asignaturas que, en mi opinión, nos aportan mucha cultura y herramientas para criticar la actualidad con conocimiento, y contenidos aplicables. Quizás no sólo dejemos las calles de tal y cual manera, que también es verdad que, en general, lo hacemos.

'Esto ya no es lo que era..'  Y qué era? Un país muerto de hambre en la post guerra? Un país en guerra? Un país donde la única forma de comunicación era ver a la persona en sí? Sin internet, móviles, u otras tecnologías?

Cómo nos gusta hablar.. Y si es sin tener ni idea, mucho mejor. 
Que tendrán idea de lo suyo, pero no de todo. Cada maestro entendido en su tema, pero no se pueden dar el gusto de opinar sobre lo que no entienden creyendo que sí. Bendita ignorancia..



Times ticken. Y no vuelve. Y la clave es vivir, valorar y detenerse a pensar. Vivir libres, plenamente y a lo loco. Momento a momento. Que el futuro ya vendrá.





lunes, 25 de abril de 2011

Domingo.

Pues sí, me aburro. No tengo ganas de estudiar, no me concentro y se me va la cabeza. Y lo peor de todo: me está entrando un monazo increíble. Bueno, no sé que es peor, si mi monazo o que mi madre me está pidiendo el portátil para evitarme distracciones. Todavía no ha entendido que no me hace falta un ordenador para distraerme...que con el propio portaminas tengo película para horas.


Bueeeeeno, una puta tarde de domingo. Como cualquier otra. Abril. Llueve. Qué cojones...está cayendo el diluvio universal! Semana santa. Paraguas. Niebla en la montaña. No, no es otra más. Como cualquier otra, es única, no se repetirá. Qué cabrón es el tiempo...

Y vayamos a lo que a mí me gusta, ¿Cómo me siento?
Pues, en realidad mal, fatal. Llevo desde el jueves sin poder estudiar como debo. Anoche hubo un fiestón y no fui por estudiar, y aquí me veo...sin estudiar aún. Y sin fiesta. Con millones de temas atrasados. Y sin tiempo para mi. Estoy hasta los cojones, necesito tiempo, para mi, para pensar, para relajarme.

Pero últimamente me ronda en la cabeza algo. Todo el mundo está que si las carreras que si no-se-qué, las facultades, las residencias, la selectividad, las medias y cosas por el estilo.

Mi problema es que la crisis que a todo el mundo le entró después de navidad, a mi me ha entrado ahora. No sé que coño voy a estudiar, ni si quiero estudiar aquí o irme fuera, o con algún colega, o a lo loco, o no sé qué hacer. 

Estoy más perdida que nunca. 

Y estos días nublados... no están ayudando nada. No veo la luz.

domingo, 24 de abril de 2011

Welcome

Lo normal sería dar una bienvenida, saludar, presentarme...a saber qué! Pero no saben lo poco que me importa "lo normal", "lo típico" y "lo que está bien visto".


Y una vez más, con los finales a la vuelta de la esquina, jugándomelo todo, y agobiada de más, no puedo concentrarme en lo que debo. Tengo ese tipo de cosas pesadas en la cabeza, repetitivas, que no puedo parar de pensar en ellas. Y una laaaaarga lista de cosas por hacer. Echando cuentas, debería estar estudiándome la II República, los relativos, haciendo unos documentos que tengo que entregar mañana, y ya no voy a pensar en los tres temas que llevo de retraso en arte. Románico, gótico y barroco. Que apenas son largos, por cierto. Y pensándolo fríamente, sí, he llegado a una conclusión, soy gilipollas. Aquí me veis en unas de mis reflexiones, y lo malo no es que hoy me haya levantado filosófica, sino que llevo toda la puta semana igual.


En fin, el otro día en una de esas, en una de tantas, escribí algo, mi primera reflexión "pasada por humo" que voy a publicar.



Realmente somos una mente encadenada a un cuerpo que funciona como autómata. No nos liberamos, nos mantenemos atados porque está mal visto lo contrario. Está mal visto ver a un cuerpo ausente que no presta atención a nada (material) ya que su mente se encuentra a kilómetros de ¿distancia? Eso para ella no existe, está aquí, allí y en siete sitios a la vez si quiere, y sin embargo, no está en ninguno. No existe el espacio ni el tiempo.

Los cuerpos nos movemos en el plano material y todo está condicionado y creado por y para él. En cuanto nos salimos de él, socialmente (plano material otra vez, en la mente no hay sociedad, estás tú contigo mismo y te sobra lo demás) se señala y se desprecia porque es diferente, porque “no es lo natural”, pero es que lo natural tampoco es ir vestidos y lo hacemos. Es la puta sociedad la que nos influye, que se creó para mantener ¿el orden? Y realmente, ¿para qué?

Tengo ideas desordenadas, distintas, me surgen de diferentes sitios, las escribo tal y como me vienen, sin orden. Y no sabes lo poco que me importa que me apuntes con el dedo y me digas; ‘joder tia, estás to coloca, aes?’ Pues sí, hijo, si, y quizás más realista de lo que tu encadenada mente y tu cuerpo autómata puedan aspirar a estar jamás.

Y no me importa el orden, quizás el texto no tenga ni coherencia, ni cohesión, y sabes qué? No me importa. Aunque quizás si, quizás si la tenga, yo sí que se la veo, y al fin y al cabo, todo es relativo.

Es algo tan etéreo, tan frágil y tan fuerte. Mucho más que el cuerpo, mucho más que cualquier cosa material, y sin embargo es casi indestructible.

En un plano intangible, una pluma de esas antiguas, que revolotea soltando tinta de manera inquieta y si nos queremos detener en algún punto es como si no la dejáramos avanzar escribiendo, sigue soltando tinta y revoloteando nerviosa, pero toda en el mismo sitio, queremos analizar el pasado, entenderlo, mientras no dejamos correr el futuro o el presente, y se nos junta toda la tinta en el mismo sitio, hasta que mancha.


Nos dejan de importar las cosas del día a día, lo que podríamos llamar “problemas”, eso pasan a ser verdaderas tonterías. Y supongo que es el estado que mucha gente busca.
Pero el otro día me di cuenta que, creo que fue Platón el que dijo, que teníamos estructura tripartita. Y mi conclusión fue que en aquel entonces  se descubrió lo que era la acción que en el plano material se le ha puesto el nombre de “fumar”. Platón, influido por la sociedad religiosa que vivía entonces, dijo tres partes, pero realmente, yo creo que es bipartita. Cuerpo y mente.

Y es en los momentos como el de ahora, en los que lo percibo claro.
Veo mi mano escribir y me hace gracia y ¿Por qué no? Me rio. Y a la vez mi mente está por ahí, pensando en tonterías a la vista material.

Me percibo como una tercera persona pero me hace gracia ver desde fuera que soy la mismo y no hay otra, que solo he soltado un poco la cadena, como los presos en la cárcel con la bola esa de metal a la que están atados de un pie, vestidos a rayas blancas y negras. Nosotros solo nos vestimos. Sin rayas, pero nos vestimos. Solo que mi cadena no pesa una mierda, o quizás yo estoy to fuerte de ir tanto al gimnasio..jajajajajaj, y ya puedo volar como si fuera un pañuelo de papel lo que me atara..


Enfin, supongo que es en el momento en que te da la ostia, a partir del cual dejas de recordar el recorrido de tu cuerpo vagando por el mundo siguiendo el plan preestablecido, automatizado, o recordar vagamente, para pasar a solo recordar sensaciones, solo ser consciente del presente en ese momento, un segundo después ya no sabemos sino el presente nuevo, mientras que nuestra mente vuela, por ahora en mi caso, no libre del todo. Aún la tengo encadenada, si me abandonara y fuera libre del todo me percibiríais como otra “hecha peazos” más del montón, que se pasa los días ausente y aunque socialmente “no mole”, estoy segura de que no me arrepentiría. Sería como un profesor que me dio clase en una ocasión. Pero aún quiero permanecer encadenada unos años mas.. Que he descubierto que si liberas tu mente teniendo la vida “medio resuelta” y siendo más mayor, no se te percibe como un “hecho peazos” más. De hecho, tengo una teoría sobre que ahí aparecen los genios y sus genialidades.

Las cosas no son así porque tengan que ser así. Aleatoriamente son así. Y podrían ser de cualquier otra manera, pues claro! Solo es cuestión de que tu la concibas, el problema? No somos capaces de concebirlas. Y si lo hacemos, se ríen, y nos llaman locos. Bueno, y qué? Hay que estar muy loco para ser un genio. La Alhambra podría ser como el Acuaola y tener  toboganes hasta Granada. Podría no existir la fuerza de la gravedad, aunque algunos ya estamos acostumbrados a prescindir de ella. Podríamos nadar en el aire. Podríamos poder teletransportarnos a lo Doraimon. Podríamos usar ropa que fuera como las fundas de las Blackberrys. Creemos que está fuera de nuestras posibilidades o simplemente no nos lo hemos tomado en serio, pero realmente yo creo que somos capaces de lo que nos propongamos. Lo que pasa que nos gusta vivir cómodos. Que otros inventen y nosotros paguemos por el invento. Y a partir de aquí, la economía.

Las cosas son así aleatoriamente, podrían ser de cualquier otra manera. Peeeero hemos decidido que sean así y lo que no nos guste, quejarnos, en vez de hacer por cambiarlo. Somos así de tontos, qué le vamos a hacer..

Una sociedad donde todos fumaran, donde no hubiera  edad sino solo en la que cada uno se sintiera preparado, donde las cosas además de ser aleatorias, fueran eternamente cambiantes.

Me acabo de dar cuenta de que el cuerpo es la distracción de la mente. Y de que en esta sociedad tan “guay” que tenemos, lo único que hacen es potenciar el cuerpo y todas las miles de gilipolleces relacionadas con el.. Un ejemplo? Enciendan la tele. Menos mal que yo no tengo..asi estoy jajajaj enfin.

Supongo que los comentarios críticos y la filosofía me están afectando a la cabeza. Pero, sabes qué? Tampoco me importa.

Se parece tanto al momento este en que estás a punto de dormirte pero tu mente sigue pensando..encadenada todavía de cierta manera. Esperando al momento en que te duermas y no tener que estar pendiente de no parecer ausente, para irse lejos, lejos. Y concebir esas cosas que conscientemente no eres capaz, para luego recordar como un sueño y reírte de ellas por la mañana.

Una acción puede estar justificada desde pensamientos muy distintos. Dos cuerpos se pueden unir cuando el entorno es mas o menos el mismo, y eso no es difícil. Todos vivimos mas o menos en el mismo mundo. Y eso es fácil de romper en realidad. Lo difícil es cuando dos mentes se unen, en mi opinión, es casi imposible. Las mentes están “locas”, y la locura es difícil de compartir porque no sigue ningún patrón de comportamiento ni actuación. Pero a veces, pasa.

El deporte es una manera de no pensar. Mundanamente, se usa para “liberar la mente”, para que “descanse”, pero de cosas “mundanas”. Es la única manera con la que consigo no pensar absolutamente en nada que no sea lo que mi cuerpo está haciendo. En los vuelos excesivamente largos, cómo éste, empiezo a notar el peso de la cadena en mi mente, y me cansa aguantarlo. Con el deporte me descanso. Canso al cuerpo para darle libertad de actuación a la mente.

He llegado a no sentir mi propio cuerpo estando tan absorta en lo mío, que durante fracciones de segundo, teniendo los ojos cerrados, se me ha olvidado que tenía cuerpo, y me he dado cuenta lo sumamente autómata que me vuelvo..lo odio. He tenido que abrir los ojos para recordarlo.

“No sabes cómo coger el paso” – lo comentaron el otro dia en una de esas. Y qué verdad. Se te olvida totalmente, no sé si me gusta o me disgusta, no sentirme dueña de mi cuerpo. Bah, tampoco me importa.

Escribo por impulsos nerviosos, exagerados. Y cuando me muevo, exageradísimos. Todo por no parecer ausente. Qué asco de sociedad..

Odio cuando la gente te mira con cara de pena y te habla como si tuvieras tres años. Entiendo perfectamente lo que me dices, gilipollas, pero no me apetece contestarte. Y te miro con la vista ausente. Y no sabes lo poco que me importa lo que estés pensando..
Volando me canso tantísimo la mente, que no me apetece mover el cuerpo, a veces ni puedo moverlo. Parezco ausente, y no me gusta rendirme y quedarme así, pero a veces estoy tan cansada..

El sexo es otro ámbito del entorno del cuerpo que excluye a la mente por completo. No pinta nada. Y por eso te deja tan vacío. Si se piensa ahumadamente, no sirve para nada. En caliente, es otra vertiente.

Me acabo de dar cuenta de que si las mentes están en contacto, no hace falta el contacto material para saberlo, aún así, gusta.

Hacemos tantas cosas que en realidad son innecesarias y las tildamos de imprescindibles.. Creo que, realmente, no es necesario ni respirar.



En la intimidad de tú contigo mismo, sobra todo lo demás, y cualquier persona que haya alrededor puedes hacerla desaparecer con tanta facilidad.. Al fin y al cabo, qué más da?
Bah, no sé, y tampoco me importa, es todo tan complejo a la vez que tan simple...