lunes, 26 de septiembre de 2011

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Me he dado cuenta de que ultimamente solo escribo mierda.

No es que alguna vez haya escrito otra cosa. Tampoco es que me esfuerce, la verdad.
Pero hice el blog para reflejar lo que de otra manera no me sale, mis sentimientos más profundos, las razones de mis lágrimas, mis noches sin dormir, mis miedos ocultos, toda la escoria que me turba y me perturba, y ultimamente no me noto muy volcada.

No me duele escribir lo que siento como me dolía antes. No me transporto al momento cuando lo releo. Veo esto sumamente pobre. De sentimientos, de expresión y de riqueza lingüística.

Tambien me he dado cuenta de que me cuesta escribir. De que necesito silencio. De que me molesta cualquier ruido.
De que me paso el día en constante contacto conmigo misma pero me cuesta exteriorizarlo. No soy capaz. Y no por que yo lo diga ahora. Si no porque de verdad que me cuesta. Porque lo que escribo no representa ni un uno por ciento de lo que siento, de lo que sufro, de lo que me alegro.

Creo que los textos que mas me han llenado los he escrito cuando me aburría en clase. En ese silencio hilado por una voz monótona hablando de cualquier tema que, realmente, no me incumbía en absoluto.


















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