sábado, 18 de enero de 2014

Vamos a dejarnos de tonterías 58272.



Volví al mismo sitio de los días anteriores.
Para qué nos vamos a engañar, me gusta pensar que vendrás.
Un café, un cigarro, un donut y una mente tan espesa como dispersa.
Me quedan escasas horas en la ciudad... Y aún no sé qué pensar.
Solo le doy vueltas al qué pasará. Hubiera apostado fuerte. Si no fuera por esto, por lo otro, y por lo de más allá.
Vamos a dejarnos de tonterías, pedía. Pero solo sabía que por sus huesos me moría. Vamos a dejarnos de tonterías, vamos a mirarnos a los ojos y a hablarnos claro. Vamos a dejar de jugar con fuego que se nos acaba el tiempo y nos quemamos. Que a mi me consume y a ti te raja. Vamos a no andarnos con rodeos y a decirnos lo que pensamos. No me jodas y sé claro. Yo sé que pasa algo. 

Guerras psicológicas con tantas muertes como dilemas. Voy cerrando puertas a la vez que cavo túneles en la trastienda. Hasta verme arrinconada. Por si vuelves, por si cambia, por si no muero... 
Te cuento que pegué portazos como única alternativa, que no me quedan salidas, pero tengo un abecedario entero con planes de huida. Dios sabe que rara vez me veo con una única opción. Y, justo esa, es mi ruina. 

Tengo márgenes de errores infinitos y mil caminos cuando me equivoco. Tengo siete millones de opciones y apuesto por la que yo quiero, no por la que me dé más beneficio. No soy buena empresaria, ni en los tratos fáciles salgo ganando. Mi corazón va controvertido y cree que gana más cuando el resto del mundo ve que pierdo. Yo me fío de él más que de mí misma. No sé cómo lo hace, ni qué reglas aplica, pero a la larga, siempre se duplica.  

Me está pegando el sol de frente y sé que se me leen las ideas en los ojos a kilómetros de distancia. Agacho la mirada para que no me las robe la gente... Que hay mucho gitano, y mucho ladrón.

No quiero filosofías baratas, ni historias de payasos que acaban muertos y les sale caro. Pero es que las filosofías las encuentras en la calle y son gratis. Y los payasos te cobran a euro la sonrisa y no llevan garantía ni reclamos.

Menuda porquería... Y cuanta tontería.

2 comentarios:

  1. Guerras psicológicas con tantas muertes como dilemas. Voy cerrando puertas a la vez que cavo túneles en la trastienda. Hasta verme arrinconada. Por si vuelves, por si cambia, por si no muero...
    Te cuento que pegué portazos como única alternativa, que no me quedan salidas, pero tengo un abecedario entero con planes de huida. Dios sabe que rara vez me veo con una única opción. Y, justo esa, es mi ruina.


    Esta parte es jodidamente perfecta...enhorabuena...

    ResponderEliminar