miércoles, 4 de septiembre de 2013

None. This is España. 444





Vidas vacías.


Avenidas repletas de gente. Transeúntes que van y vienen, conducen, entran a locales, beben cerveza, cogen el autobús, pasean...

Con las mentes en blanco. Una panda de títeres sintonizados en una frecuencia gris, un canal gris, de esos que no muestran más que puntitos desordenados, vibrantes. Obedecen.

Obedecen a la señal. Se dejan guiar ciegos; de luz, de criterio, de valores. Siguen a la luz del final del túnel aunque ni sepan qué hay después. Se tiende a buscar la luz que ya está encendida y no se plantean crear una luz en la oscuridad. Quieren salir a toda costa. Nadie ve que las respuestas están escondidas en la oscuridad. Que solo tienes que recorrer a oscuras. Que tenemos que chocarnos, caernos y levantarnos. Y solo así se encuentra criterio. De por qué salto aquí o por qué giro allá. Porque tú, que te has caído, sabes que ahí está la piedra. Sabes que ese no es el camino. Absorben órdenes implícitas en fraudulentos panfletos, carteles, textos... Van vacíos, y aún ciegos en la luz, no se chocan. Los conducen, los guían. 

Ellos se quejan ante pequeñas leyes, estatutos o tonterías. Creen que no se dejan engañar porque tienen "voz" y "voto", que son más listos que cualquiera de sus gobernantes. Y no se dan cuenta de que es el paradigma en el que están envueltos el que ya es una mentira en sí, en el que están atrapados y ni ellos mismos lo saben. Y mucho menos van a escapar. Son pequeños Truman viviendo un gran show. 

Como Muñoz-Torres explica en su texto "Objetividad y verdad", hay cosas que tienen un carácter axiomático per se, nadie las cuestiona. Se limitan a indignarse y quejarse por ellas, y se creen la inteligencia en persona.

Todos opinan, hablan, ladran,... Y no tienen ni puta idea.

A todos les gusta quejarse y no hacer nada. Reírse y ni saber por qué. Votar y ni saber a qué. Manifestarse muy de derechas o izquierdas y ni saber qué defienden (y por supuesto, ni la historia, ni la repercusión que han tenido en España unos y otros). Jovencitos animando a un equipo de fútbol que ni saben por qué ese y no el "contrario". Dar opiniones bien vistas socialmente y ni entender el trasfondo del asunto. Hablar, hablar y hablar.

"Es que España está llena de Ni-nis", "Es que los perrosflautas, con los perros y las flautas", "Es que tengo un profesor que da sus opiniones en clase y nos condiciona", "Es que ahora todos los niños fumando porros", "Es que...".

Callaos la puta boca, queridos españoles.

Seguir ese flujo social que todo lo conduce. Que todo lo lleva por el buen camino. Por donde van todos. Obedecen por donde se diga que se va. 

No ven más allá. Se quiere reducir todo. Todo etiquetado y encasillado. 

Se ponen etiquetas que ni se sabe qué representan. Se ladra por ladrar. 

Vivimos en un país en el que una gran parte del esfuerzo colectivo se destina en la ciencia, creando teorías objetivas, demostrando científicamente todo lo demostrable; y en la que ella misma, es subjetiva.

Hemos creado una España enferma, contagiada por el virus de la ignorancia y el pasotismo.

En la que si "pasas del Whattsap" eres lo más precario, prehistórico y anti-tecnología del mundo; pero si pasas de interesarte por la literatura, por lo que votas, por fundamentar con razones lo que opinas, es lo más normal y encima, si lo haces, eres un puto friki. 
SEÑORES, YO PASO DE ESPAÑA Y DE LOS ESPAÑOLES.

En este país, hay que enseñar a pensar, tanto a los niños como a los adultos. Estimados españoles, en este país falta una educación que propicie la adquisición de valores y criterios propios. Huir de "la corriente del río que todo lo lleva, que todo lo arrastra", no dejarnos llevar por lo que ladren los demás. Dejar de quejarnos por las cosas que oímos que se quejan los demás sin tener ni puta idea. Porque otra cosa no tendremos, pero ni puta idea es lo que tiene este país de, no diré ineptos con titulaciones y trabajos, -y ya, ni eso- si no de ineptos viandantes urbanos. Ineptos para la vida. Ineptos para siquiera articular una frase con sentido.

Y aún así, en este texto erradica la propia crítica. Esos criterios del conocimiento, los valores y la verdad, son establecidos subjetivamente por nosotros mismos. Y la propia crítica la realizo yo, ¿Quién es entonces el que puede juzgar si lo "correcto" o "adecuado" es tener esos valores, y ese criterio propio de pensamiento que yo defiendo y no otros?

Pues bien, cómo todo en esta vida es subjetivo, como aprendí de Feyerabend, esta es mi subjección personal, por lo que lo juzgo yo. 

Y en este país de ineptos, SOBRA MUCHA BASURA.





Una utopía no puede entenderse si no está en la cabeza del que la escucha. Por que simplemente abarca razones que ni la otra persona es capaz de vislumbrar.













fuck capitalismo.

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